domingo, 5 de octubre de 2008

EL PATIO

Sobre el año 2000 trabajaba fuera de Lugo así que tuve buscar un local donde poder almacenar los trastos del taller, con la mala suerte de que en la mudanza, el horno (muy pesado) sufrió serios daños. Lo mas barato y cercano a mi domicilio que encontré fue el bajo de una casa vieja con un patio trasero lleno de escombros y basura. No os imaginais lo difícil que resulta encontrar un sitio donde se pueda instalar un horno de gas, la chimenea lógicamente no puede dar a la calle principal y las exigencias para la instalación cada vez son mayores. En mi caso personal ha sido una azaña poder mantener esta afición a lo largo de los años, tanto en lo económico (con mi cutre sueldo de auxiliar admtvo.) como en lo moral.

De nuevo en el paro, con tiempo libre pero desmoralizada por el horno estropeado, me dediqué a limpiar el patio de escombros pensando en poder utilizarlo al menos para tomar un refresco con las amigas y tomar el sol. Pero bajo los escombros había tierra, entre la tierra, algunos arbustos y algún árbol talado que luchaba por brotar. Sentí curiosidad...



Era mi primer contacto con el mundo de la "jardinería", una vez pasada la satisfactoria experiencia de comer mi propia fruta (melocotones y ciruelas) y ver que estar sentada al aire sin más era muy sano pero aburrido, me puse manos a la obra, sin gastar casi nada, con lo que tenía a mano.




Cada poco cambiaba en lo que podía el diseño del patio, cuando terminaba de ponerlo de una forma se me ocurría otra... nadie entendía qué gusto encontraba en levantarlo todo continuamente... cada uno es como es.







Entonces la dueña de la casa me comunica que tiene intención de venderla... y cundió el pánico. No quería perder todas las plantas que tenía allí. No sabía cuando iba a tener que irme ni si cuando ésto ocurriera sería buena época para poder trasplantarlas a una maceta, así que me dediqué a irlas trasplantando progresivamente pensando en la birria de jardín que me iba a quedar y la lata que iba a suponer regar maceta por maceta. Como opción pensé en el bonsai, solo por una cuestión estética, sin tener ni idea sobre el tema. A mi manera y milagrosamente las plantas sobrevivieron un par de años y entonces pensé que valía la pena el esfuerzo y fué cuando comencé a informarme. Conocí la web de Portalbonsai y con ella a cantidad de aficionados que me resolvieron muchas dudas y con los que fuí aprendiendo poco a poco. En diciembre del año 2.004 me hice socia de la Asociación Cultural Bonsai Coruña (en Lugo no existe ninguna) y así me fuí adentrando en la afición. La casa finalmente se vendió, pero el nuevo dueño no tuvo inconveniente en que continuase en el bajo. Estaba tan encantada con esta nueva "pasión" que casi consiguió que olvidara mi morriña por la cerámica, hasta que comprendí que el arte del Bonsai son palabras mayores y consciente de mis limitaciones para conseguir algún logro en este campo, me puse manos a la obra y conseguí reparar el horno.

3 comentarios:

juan dijo...

Ya se quien me diseñara el jardin de mi futuro chalet...... :)

Leandro dijo...

A esto se le llama tener buen gusto y especial sensibilidad por la naturaleza

Anónimo dijo...

Soy yo de nuevo, Encina, tanto me ha alegrado este serendipity que no puedo dejar de leerte y escribirte, y si que entiendo tu afición por moverlo todo.
Las imagenes del patio son preciosas, tan agradables como tu.
Un afectuoso saludo